Director de cine: Técnicas y herramientas
Reseña Crítica
Simón Feldman
(2004), Director de Cine: Técnicas y herramientas. Acerca del origen,
objetivos, condicionamientos y dependencias de una película. Barcelona:
Editorial Gedisa.
Simon Feldman, reconocido director
y crítico de cine argentino, presenta de una forma realmente descriptiva lo que
puede ser de gran ayuda a la hora de pensar en cómo poder desempeñar un papel
de alta responsabilidad como es la realización de una producción cinematográfica.
Así mismo, es de destacar las ideas que se sostienen en éste capitulo del
libro, debido a que hoy en día resulta realmente difícil emprender lo que es
una verdadera película que se respete y llame la atención de un público
inteligente.
Para empezar, el título del
capítulo resulta bastante explícito dejando claro el tema que se trata a todo
lector interesado en realmente conocer la manera de hacer surgir una película,
en este caso escoge los futuros directores, pero para cualquier cinematógrafo o
uno futuro es bastante útil por su temática general que encierra a todo el
gremio. Sin embargo, por más que sea lo suficientemente largo no quiere decir
que el contenido sea igual, así que alienta en cierto modo a comprobar lo que
este mismo promete; en otras palabras nos reta a que nos adentremos a ver con
nuestros propios ojos si se habla de forma ideal sobre un origen, lo que se
quiere conseguir, además de los factores que se deben tener en cuenta.
Así, para un lector interesado en
el cine y en cómo hacer películas verdaderamente diferentes para el público,
este texto es realmente útil, ya que impone de diferentes perspectivas el hecho
de que hacer un cine verdadero no es realmente fácil, sobre todo dependiendo de
circunstancias que debilitan sus posibilidades. El autor busca que el lector
vea lo que hoy en día el comercio del cine pide y que la decisión de hacer algo
que valga la pena, evitando seguir tal modelo lleno de banalidades hacia la
identidad y la realidad, dependa de su propia motivación aparte de lo presente
en esta parte, por tales razones también es fácil identificar cierto lenguaje
en parte técnico que para el lector de mente cinéfila será fácil comprender.
Continuando, es preciso destacar el
inculcado cuidado de Feldman en precisar sus ideas y los hechos que retumban su
cabeza, además de que son temas que igualmente tienen que ver con el
reconocimiento del trabajo de realizadores cinematográficos, que ante una
mirada general serían fácilmente denominados como profesionales, acertando de
este modo en la veracidad del discurso. Todo viene desde el ataque del comercio
prefabricando y modelando lo que las personas comunes de hoy en día deben ver
en las pantallas del cinema, desvalorizando el arduo trabajo de los
innovadores. Por lo tanto, es obvio que el lector sentirá su inconformidad y
querrá saber a través del texto como poder innovar.
Ahora bien, si sus ideas son de
gran interés, la idea central mucho más ya que es necesaria la forma en la que
la ésta misma se muestra y se desarrolla, pues a partir de verdaderas
experiencias, además de la constante opinión del autor, se resalta en cada
párrafo lo que se quiere dar a entender principalmente. En sí se basa en la
forma de cautivar al público sin recurrir a asuntos ya impuestos en la
industria, como ya habíamos dicho, aunque como todo con sentido, cumple un
propósito el cual es llegar a los futuros realizadores y mostrarles los
diferentes obstáculos que tendrán para hacerlo llegando a mostrar la realidad a
través de un concepto fuerte y propio.
El texto que se analiza hace parte
de un capítulo del libro en general, que realmente te da las bases para dirigir
principalmente, pero este capitulo es dividido así mismo en temáticas que
abordan un mismo tema por lo que puede encerrar las demás funciones. La primera
resulta ser la idea de poder sobrevivir cinematográficamente en un país sin
industria o sin interés por romper los esquemas, la segunda es sobre poder
llevar a cabo algo no recurrente sin recursos, La tercera es sobre llegar a
hacer películas con bases en la realidad y como servirse de ella adecuadamente
y la cuarta es el éxito hacia un público y como llegar de manera ideal a ese
público. En éste esquema es imposible perderse, el lector desde el principio
sabrá qué circunstancias lo atan a no cumplir sus metas, lo fascinante es que
es visto ya desde lo económico, cultural y artístico, es decir, nunca hay una declaración
fija sobre ello.
Desde esa manera, una de las
primeras motivaciones que se pueden apreciar es romper el esquema de ver la
realidad en el cine como un medio adormecedor e hipnotizado que construye un
modelo ya típico, por eso es vital hacer caer en cuenta para Feldman el alto
grado de penetración ideológica que poseen estas producciones y que la necesidad
de divertir o ganar dinero solo destruyen lo que es el cine. Es fácil notarlo
en sus palabras así: “Ignoramos que todo esto está conformado a determinadas
normas comerciales poco ligadas a las reales posibilidades de la
cinematografía” (pág. 127).
Para lograr dichos ideales es
preciso saber que no solo él piensa de esta manera, sino que hay grandes
directores que han sabido cómo vencer estas problemáticas y por eso las
palabras de estos bastan para entender por lo que han pasado. Simon lo
aprovecha gracias a las citas, además de los eventos ocurridos en sus vidas
profesionales, que propiciaron el surgimiento de sus producciones, cómo fue su
lucha y gracias a qué lo lograron. Si algún lector no confía en las motivadoras
palabras del autor puede hacerlo en las de los realizadores citados, que hacen
entender las importantes temáticas en las que es visto el problema central,
además de ser una herramienta fomentadora de confianza.
Así como las citas son una gran
ayuda para entender y contextualizar al lector, es vital saber a quién
finalmente llegará todo el producto de los actos como realizadores, y estos son
los espectadores de las películas que se construyen. Por ello otro gran
propósito que se tiene en el texto es el de dar a entender que se debe comprender
que el publico tiene una necesidad de entretenimiento, pero que no solo eso
basta, también hay que hacerlo pensar. Sin embargo, hay partes que animan a
comprender fácilmente lo difícil que puede llegar a exhibirse esa película, que
los temas veraces y nuevos, que cuentan con una realidad identificable además
de cultural deben enfrentar una ardua labor de aceptación. Por lo tanto
resultará fácil relacionarlo con Colombia, puesto que es un país en el que se
construye una realidad errónea, además de poca originalidad y un
entretenimiento construido duro de romper.
Ya cuando concluye el capítulo
podemos ver explícitamente dos conclusiones, estas dos involucran a los dos
motivantes del autor, que son el cinematógrafo y el público; ambos analizados
de cuidadosa manera a lo largo del texto y que ayudan al final de este a armar
por propia cuenta un panorama en el que se debe tomar la decisión de enfrentar
por uno mismo. De esta manera el lector se encuentra en la encrucijada de
enfrentarlo y ver lo que tiene en sus manos para ir a lograr un gran resultado
rompiendo la barrera de la falsa realidad y prospecto de entretenimiento que se
cree que hacen los realizadores según Feldman.
Para resumir, es fácil determinar
de este texto el hecho de que como futuros cinematógrafos nos encontramos en
unas circunstancias laborales difíciles con las que deberemos encontrarnos
tarde o temprano; de este modo este mismo nos hace reflexionar y pensar
profundamente con qué contamos para hacerlo y si el público aceptará nuestras
ideas haciendo a un lado el aspecto comercial. Actualmente es preciso ser
original y asertivo con la información que se da o se quiere dar a entender a
un espectador al que se deberá sacar de su papel pasivo. Precisamente el
capítulo de este texto, nos dará pautas de gran calidad a nuestra conciencia cinéfila
que ayudarán a desvanecer esas ataduras a la mediocridad de los medios actuales
y comerciales que oscurecen la verdadera realidad, como la de este país en el
que nos encontramos llamado Colombia.
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